viernes, 29 de julio de 2011

ROMEO & JULIETA

Al día siguiente, otra vez nos comunican que salíamos de excursión, al igual que todos los días. Me preparé, puse en mi mochila lo necesario y salimos con las chicas hasta la puerta donde estaba esperándonos el micro, y allí estaba Meli…hermoso como siempre! No le guardaba rencor alguno, mucho menos sentía bronca hacia él, nada de nada.
Verlo me provocaba cosquillas, mariposas, viboritas, dinosaurios o el bicho que fuera lo sentía en mi estómago, también sentía nervios, ganas de ser indiferente a su presencia e impotencia por no poder lograrlo.
Melino se había convertido en alguien especial a quien quería y deseaba las 24 horas del día, a quien buscaba permanentemente con la mirada. Eso era, él hablaba y no lo escuchaba, solamente lo miraba y suficiente para saciar mi necesidad. Mentira, aun necesitaba más.
Seguramente se estarán preguntando ¿porqué tanta locura, tanta adicción? Hasta el día de hoy no encuentro respuesta, y lo más ilógico es que me había convertido en su seguidora por recibir unas estúpidas caricias, aquellas inolvidables caricias que me hicieron conocer por primera vez lo que se sentía estar excitada.
Ya era de noche y faltaba poco tiempo para salir a bailar, me encontraba sola en mi habitación, maquillándome para verme y para que me viera hermosa, fue en ese momento cuando sentí la presencia de alguien, pensé que eran mis compañeras así que no me molesté en fijarme.Luego me di cuenta que esa tal persona estaba inmóvil, y eso me llamó la atención así que me fijé quién era y casi me desmayo! Era Melino contemplándome como yo lo hacía con él cada noche y cada día también…
Ante una situación así no sabía como actuar, qué hacer, qué decir! ¿Sigo maquillándome?, ¿sonrío? Era inevitable disimular mi cara de feliz cumpleaños, no era natural que ahora ÉL me mirara, ¡qué grata sensación! ¡Soy la elegida!...
En realidad la tonta fui yo, porque volé muy alto (como siempre). Todo fue así: su belleza era tan cautivante para mí (soy una exagerada la puta madre) que enseguida lo consagré de Dios todopoderoso, le di el papel de Rey y yo felizmente me conformé con ser la pobre ingrata que recibía limosnas cuando el rey se acordaba de tirar migas a los pájaros… en este orden se basa toda esta historia.
Mi obsesión me habilitaba a recibir lo que fuera de su parte: cálidas caricias, maltratos (desconocidos aun), sensuales miradas, o la actitud que “él” quiera…cualquier gesto suyo me hacía feliz. Fijate vos que desvirtuado mi concepto de felicidad como para ponerle ese nombre a cualquier cosa.
Volviendo al tema de mi habitación, lo primero que se me ocurrió fue sonreír y de manera simultanea levantar una ceja (como si dijera hola, pero sin decir nada) no me salió un maldito “hola”…él me miraba y tengo la sensación que mientras lo hacía se le cruzaban millones de ideas (ratones) por la cabeza, pensarían lo mismo que yo si habrían vivido conmigo ese instante.
Con su voz ronca, muy de hombre, de conquistador, bah! Seamos realistas, con esa voz que todos los fumadores crónicos tienen me dijo:
-estas re linda!
No lo podía creer! otra vez necesitaba urgente un pellizco y lo único que pude decir es un tímido:
-gracias!
M:-de hoy no pasa-me dijo mientras me desnudaba con la mirada de arriba abajo y yo me derretía entera.
Como estaba en mi plan destituir de su mente mi imagen de inmadura, le contesté haciéndome la superada:
P:-mmm…estas seguro? Mira que ya no te creo!
M:-ja! Ya vas a ver cuando te agarre…-me dijo reluciendo su brillante dentadura de una sonrisa.
La última frase quedó en mi mente repercutiéndose como un eco, no me dio tiempo a contestar porque se fue de inmediato, aunque tampoco sé que hubiese podido contestarle.
No lo podía creer! Esto era mucha emoción para soportar. Miraba atrás y pensaba en lo que se había convertido aquella persona insoportable, detestable, soberbia, etc., etc. Pensaba en que para él estaba “re linda” aquella noche, y lo mejor era saber que estaría conmigo (“de hoy no pasa”). Está decidido! por favor,¿serían tan amables de echarme un balde de agua fría? Gracias.
Definitivamente no era necesario un pellizco, ni mucho menos que me echaran agua! Me costaba caer en la realidad, nunca me lo había imaginado. Jamás. Con él no! El conmigo? MENOS QUE MENOS.
Al margen de que sus palabras no fueron tan ideales aquella vez, y me refiero a “ya vas a ver cuando te agarre”, me hizo sumamente feliz con esa estúpida frase.
Hoy por hoy puedo ver las cosas con mayor claridad y me arrepiento de no haber tenido los ovarios bien puestos como para contestarle cosas como por ejemplo: eh? A qué te referís con eso?…no soy ningún gato como los que debes estar acostumbrado a cogerte si eso es lo que estas pensando!está claro?...pero nada de eso pude hacer, ni decir…soy una tonta, sonreí ante sus palabras. Qué vergüenza.
En los boliches, toda la semana fue la misma rutina: él bailando estúpidamente en el escenario, y yo en el otro extremo del local, en la parte más alta, mirándolo, deseándolo, en compañía de mi infaltable lata de speed o de un descontracturante cigarrillo.
Cuando regresamos al hotel no tenía sueño (mi único sueño era estar con él…) y estaba sola en mi habitación, esperando que alguien golpeara la puerta, yo atendiera y que sea Melino que llegaba para estar conmigo. Estaba esperando algo que nunca iba a suceder, ni sucedió tampoco. Otra vez me dejó plantada. Mientras pensaba en lo lindo que sería estar con él, vi que mis compañeras se dirigían al final del pasillo entonces salí apresuradamente:- che a dónde van?
-a sentarnos en los sillones- me contesta una.
Resulta que al final del pasillo se encontraban los sillones, y frente a éstos la habitación de Melino. Es una obviedad aclarar que seguí a mis compañeras. Como cuan densa y necia a propósito me senté exactamente frente a su habitación, la puerta estaba abierta de par en par y ahí estaba él…lindo como siempre, con sus ojos cerrados y yo derritiéndome viendo esa postal casi perfecta.
Acaso dormía? Se acostó a dormir y no le importó que yo estuviera esperándolo como una boluda en mi habitación para que estuviéramos juntos? No importa! Me conformaba con mirarlo. Abrió sus ojos y corrí rápidamente la mirada hacia otro lado. No pude aguantar más de cinco segundos (ta lvez habrán sido menos) y volví a observarlo, qué sorpresa! Él me miraba ahora. Sonreí al mismo tiempo que mis compañeras esperaban que yo les contestara algo que me habían preguntado, lo cual no puedo contar porque nunca las escuché…perdón chicas pero ahora no. Lo siento.
Melino me llamó con su mano y como no podía esperarse de otra manera accedí a su pedido de inmediato, como un perro obedece a su amo, ni lo dudé, mucho menos lo pensé, no me importó que mis compañeras estuvieran hablándome. Entré a la misma habitación en la que me enamoré de él y me puse de cuclillas al lado de su cama:
M:- mira ahora no puedo ir porque están los chicos dando vuelta y no se tiene que enterar nadie.
P:- mjú (levantando mis cejas y afirmando con la cabeza)
M:- dame tu número así te mando un mensaje cuando pueda ir.
P:- ciento cincuenta y cinco…
M:- ¿cuál es tu habitación?
P:- ce
M:-apenas me los saque de encima voy- me lo dijo con una seriedad única, siempre hace lo mismo, tiene esa estrategia y todos le creen hasta la mentira más obvia.
P:- bueno- sonreí tímidamente como siempre.
Di media vuelta y sentí que su mano agarró mi ante brazo izquierdo. En menos de un segundo todo fue mágico…
Melino me estaba dando el beso que tanto había esperado, el que anhelaba, al que le decía “el beso de Romeo y Julieta” era la más hermosa realidad y no lo podía creer!
Me dormí haciendo zapping, esperándolo. Otra vez fue en vano. El muy desgraciado nunca llegó.
“Seguro que no pudo despistar al resto, se durmió, es que era lógico! Estaba muy cansado…pobre!, seguro que lo besé mal y se desilusionó de mi!” Éstos, entre otros, eran los comentarios que rondaban en mi mente. Necesitaba justificar su ausencia, y también convencerme de esa excusa que yo misma había formulado, como verán ya me había convertido en una reverenda estúpida.
Cuando desperté tenía dos mensajes de texto en mi celular, ambos de un número desconocido.
Primer mensaje: ahora puedo ir, querés que vaya? Soy Melino
Segundo mensaje: q hago? Voy o no? Contesta
Me los había mandado alrededor de las ocho de la mañana. No sé qué hacía despierto en ese horario si en teoría estaba cansado, bah eso era lo que yo me había imaginado, jamás salió de su boca un “estoy cansado”.
Ni bien terminé de leer los mensajes le contesté, aunque con dos horas de retraso pero le contesté igual, no recuerdo textualmente las palabras que puse, pero fue algo similar a: buenos días! Recién despierto y veo tus mensajes, me dormí esperándote!!!


Me llaman el desaparecido
que cuando llega ya se ha ido
volando vengo, volando voy
deprisa deprisa a rumbo perdido
cuando me buscan nunca estoy
cuando me encuentran yo no soy
el que está enfrente porque ya
me fui corriendo más allá
me dicen el desaparecido
fantasma que nunca está
me dicen el desagradecido
pero esa no es la verdad
yo llevo en el cuerpo un dolor
que no me deja respirar
llevo en el cuerpo una condena
que siempre me echa a caminar
me llaman el desaparecido
que cuando llega ya se ha ido
volando vengo, volando voy
deprisa deprisa a rumbo perdido
yo llevo en el cuerpo un motor
que nunca dejade rolar
yo llevo en el alma un camino
destinado a nunca llegar
me llaman el desaparecido
cuando llega ya se ha ido
volando vengo, volando voy
deprisa deprisa a rumbo perdido
perdido en el siglo... siglo xx... rumbo al xxi


DESAPARECIDO - MANU CHAO

Saludos!
PANDORA.-

1 comentario:

  1. estoy leyendo tu historia. Confieso que me cuesta seguirla. Hay partes que no están pero bueno... las voy a encontrar!
    Respecto a esta nota, estoy viviendo algo parecido con alguien así que te entiendo.

    Raro Raro, si querés pasate por mi blog.

    De todas maneras, no está la historia completa. Porque empecé a escribir hace poquito de él. Además se va dando día a día. En fin, así son las cosas!

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