lunes, 1 de agosto de 2011

BUENA SUERTE Y HASTA LUEGO

Después de nuestro encuentro fue todo más obsesivo, al menos yo me volví así. Si él no estaba yo no estaba bien, tenía que mirarlo, ya casi no podía disimular y creo que tampoco estaba en mis planes disimular.
Ahora quería que cada vez que me viera recuerde nuestro encuentro y sienta nuevamente el deseo de estar juntos tal como yo lo sentía.
En esta nueva fase los mensajes subieron su nivel, cambiaron del tono rosa sweet al rojo (hot?).
Sus preguntas me incomodaban un poco, aunque se trataban de insinuaciones sexuales respondía igual, en ninguna me ofendí, y si me molestó alguna el último en enterarse sería él mismo.
Decidí mentirle acerca de mi virginidad. La oculté, simulando que hace un tiempo la perdí con mi ex novio imaginario. Tenía miedo a que me dejara, mejor dicho a que me cortara el rostro simplemente por ser “virgen”, que perdiera el interés por mí y de algo tenía que hacer que se aferrara, y esa mentira fue mi estrategia para retenerlo. Y me salió bien, ponele.
El próximo encuentro (más intenso aún), obviamente no permití que pasara el límite, aunque manteniendo en vilo mi mentira piadosa. Estábamos en mi habitación, nos mirábamos,yo incrédula de lo que me estaba pasando, y él nose porqué me miraba, me acariciaba el pelo y me decía que “quería conocerme más a fondo”. De esas palabras tenía dos interpretaciones para hacer: o se refería que quería conocerme como persona, o estaba diciéndome indirectamente que afloje y que tenga relaciones con él.
No me quedé con la duda, le pregunté a qué se refería con “conocerme más” y me contestó que le gustaría llegar a algo serio conmigo. De inmediato le dije que no le creía. Sinceramente me pareció la cosa más ilógica que había escuchado! Y me sentí mal, sentí que me estaba tomando el pelo, o peor aún, que me estaba tomando por boluda, y esas cosas no me gustan, creo que a nadie le gusta. Verdad?
Le planteé que había mucha diferencia de edad, que no íbamos a entendernos, nuestras vidas eran completamente diferentes y entre nosotros no había nada en común.
Me dijo algo que me hizo sentir muy chiquita, muy niña:- cuando comiences la facultad te vas a dar cuenta que la diferencia de edad no importa, ahí te vas a relacionar con gente de todas las edades-
Seguí diciendo que no había chances y no porque yo no quería sino porque no se podía: mi familia,que cada tanto se les da por ser conservadores por ejemplo, jamás lo hubiese entendido y mucho menos aceptado, y todo pasaría por nuestra diferencia de edad, de unos aproximadamente 8 años. Tendría todo en contra, todo.
Desde entonces él insistía para que yo accediera y estoy refiriéndome en ambos sentidos. Me decía cosas que nunca alguien me las había dicho y también con él compartí cosas que no había compartido con nadie antes.Fue el primero en muchos ámbitos.
Me llevé conmigo millones de cosas como moraleja de lo que tuve con Melino…desde lo que es el amor, la locura por estar con alguien, lo que se siente cuando te ignoran, lo que es el rechazo, lo que es el dolor, el sufrimiento por amor, y lo peor o lo que a mi más fuerte me pegó la desilusión. Supongo que lo hizo inconscientemente y lo más gracioso es que estuve años pensando que había conocido todo esto gracias a él. Pero aún no es tiempo de llegar hasta ahí. Todavía estamos en la parte donde todo es color de rosa.
Estaba con un sentimiento completamente confuso porque estaba muy contenta por las palabras de Melino, y también estaba bajoneada porque me parecía muy irreal y a su vez una mentira lo que me había dicho.
Por otra parte, me sentía muy triste, quería salir corriendo y me sentía muy sola porque mis amigas me ignoraban, yo no existía para ellas, para mayores detalles me cagaron mi viaje de egresados. La estaba pasando mal, muy mal.
Una tarde, después de estar con Melino, estaba sola en mi habitación, cuando se da la oportunidad perfecta para darle fin a esta situación.Entró Maria y la encaré, yo siempre tuve mayor afinidad con ella y era con ella con quien quería hablar:
P:- se puede saber qué te pasa?
M:- mira, no tengo ganas de hablar, pero lo único que te voy a decir es que todas estamos emboladas con vos…
P:- pero porqué? Decímelo ahora!
M:- no tengo ganas…
Y después de su histeriqueo se fue dejándome aun mas confundida que antes. No me aclaró nada,al contrario.
No sabía si llorar, quedarme acostada como estaba, hacer mierda todo, guardar toda la ropa en la valija y pedir desesperadamente que me enviaran nuevamente a Tucumán…estaba desorbitada.
Necesitaba enormemente un abrazo de quien sea. Y no había nadie para que lo haga.
Esa misma noche, me cambié y me pinté sola…ellas habían desaparecido, sentía que no era justo lo que me estaba pasando. Al menos sin saber los motivos reales de cuyas actitudes.
Lo primero que se me ocurrió pensar fue que en todo esto tenía que ver Catalina por el tema de Melino, acaso no podían soportar mi éxito con él? Fea la actitud eh!
En el micro, ellas arriba divertidas, riendo, pasándola bárbaro, y yo abajo siendo contenida por una desconocida. En el boliche me hablaron y me dijeron que querían pasarla bien, no querían arruinar el momento, y bla, bla, bla…y mañana hablamos…-no! Decime ahora, hablen ahora!- les dije con mucha bronca. Yo me sentía, y hasta el día de hoy es así, con la consciencia muy tranquila, por eso me daba la cara para insistir y exigir una explicación, algo que nunca recibí.- no, no, ya esta, mañana hablamos!- me dijo Catalina.
Estuve con ellas un rato y no era lo mismo, estaba mucho mejor con mis compañeras, con las cuales jamás había compartido ni una coca-cola en cinco años, pero sin embargo estaba más cómoda con ellas. Así que seguí mi instinto y me fui, si yo no le importaba a mi grupete, porqué tendría que hacerme drama alguno?
Aunque parezca raro, lo pasé bien sola, o con mis compañeras desconocidas, pero me divertí igual y mi incentivo mayor estaba muy claro: Mi coordinador estrella.
De regreso al hotel, no tenía ganas ni de dormir en la misma habitación con ellas, así que me fui a dormir en otra habitación incluso vestida como había ido al boliche.
Cuando amaneció, me despertaron los golpes en la puerta, lo cual era de todas las mañanas, el coordinador ingresó en la habitación y al verme me despertó exclusivamente a mí, preguntándome:-¿qué haces aquí?- desperté y estaba Melino sentado en mi cama, le expliqué que mi habitación estaba ocupada y las caritativas personas de allí me asilaron, después me preguntó si iba a la excursión y le dije que sí. Mi grupete no fue, salvo Catalina. También la pasé bien, estuve con otra compañera que nada que ver conmigo, pero estuve con ella y estuve tranquila.
Melino siguió mandándome mensajitos re lindos. Él desconocía esta situación, y si no lo hubiese tenido nose qué hubiera hecho. Él era mi sostén, cada mensaje suyo era una sonrisa en mi cara, por más desubicado que fue en muchas veces.
Inconscientemente él me mantenía en pie, me aferré a mi tutor, porque eso era.
En ese momento se volvió muy importante para mí, si yo seguía en ese viaje de mierda era porque estaba él, no quería regresar porque no quería dejar de verlo, ya que no me sacaba de la cabeza la idea de que en Tucumán no íbamos a vernos, hasta ese entonces ya se olvidaría de mi.
Cuando se lo dije me contestó que estaba equivocada, que nos encontraríamos e íbamos a comenzar a conocernos porque le gustaría ser mi novio y me derretía entera cuando me lo decía. Me dejaba sin palabras y lo único que con miedo y debilidad podía responderle era:-no te creo!- hasta con voz de gay me salía.
Y el muy desgraciado me seducía diciéndome:- te tocaron todos mentirosos…y no todos son así-
A decir verdad terminaba creyendo, es que en el fondo tenía una gran esperanza de que todo fuera cierto, que todo se concretara, que verdaderamente podamos estar juntos. Pero a él le demostraba lo contrario, intencionalmente lo hacía para que se esforzara en demostrarme que era sincero y para que me vea difícil.
Finalmente no obtuve ningún tipo de explicación sobre el malentendido con mi grupete, que desde entonces pasó a ser mi EX grupo…hasta el día de la fecha. Nunca jamás en años volvimos a reírnos las 4 juntas.
Ya era viernes y nuestra última noche cuando entonces una tristeza inexplicable me invadía.
Todo había llegado a su fin…chau hotel 3 estrellas, chau pile climatizada, chau mucama, chau viva la pepa, chau Melino, chau todo! Queríamos despedirnos pero él no estaba muy seguro de que se daría la oportunidad por temas laborales suyos.
Estaba más triste aún, lo veía muy ocupado haciendo una cosa u otra y no me animaba a mandarle mensajes de texto porque no quería interrumpirlo.
En un determinado momento le pregunté si estaba ocupado y me contestó que un poco, ya que estaba preparando la despedida general, y entre mensajes y mensajes entablamos una conversación y mencionamos el tema de nuestra despedida, le respondí que iba a buscar la manera de estar juntos, como sea! mientras salía a fumar un cigarro para calmarme de mis nervios, me llegó un mensaje de un número desconocido;-quién sos?
Una estupidez de mensaje que no respondí y en unos instantes entendí todo…Melino estaba en la recepción, me acerqué a preguntarle si tenía con él su celular y me dijo que no, que había quedado en su habitación cargándose, me preguntó porqué y le comenté lo del mensaje de texto del número desconocido.
Después me enteré que fue el coordinador general quien me había enviado ese mensaje, el mismo que consecuentemente amonestó a Melino.
En la despedida nos dijeron cosas que nos hicieron llorar a todos, cada amiga/o abrazada/o con su mejor amiga/o diciéndose cositas lindas y yo no tenía a quien abrazar, mejor dicho sí tenía pero no podía! Y por más loco que parezca no deseaba abrazar a mi grupete, sino a…sí gente, a él.
Maria se acercó llorando y me abrazó y yo también la abracé pero ninguna nos dijimos nada. Después de semejante abrazo continuamos con la misma frialdad con la que últimamente actuábamos. Sentía que Melino me miraba, juro que sentía su mirada puesta en mí. Después de la escenita de nostalgia, me quedé afuera fumando y debo admitir que en ese viaje fumé más de lo que normalmente lo hacía, desde entonces me convertí en una fumadora crónica.
Éste era el diagrama: dentro de la sala donde fue la escenita de nostalgia estaba Melino, afuera junto a las paredes y puertas de vidrio estaba mi cigarrillo, y yo. Escuchaba voces, era gente que me hablaba pero no podía escuchar porque mi cabeza estaba en otro lado. Sólo respondía con muecas falsas.
Había llegado el fin de todo, porque seguía sintiendo que no íbamos a vernos más, a excepción de alguna vez que quizás nos encontráramos casualmente por alguna calle y que Melino no recordaría ni mi cara, todo pasaría desapercibido y no me diría ni un frío “hola”. Mi imaginación me pintaba ese futuro y él me convencía de todo lo contrario. Tenía un ángel y un diablo en cada oído diciéndome cosas lindas y cosas feas.
Me desesperaba pensar que no habría ni un beso de despedida, era muy consciente de que en él ocupaba un lugar cualquiera. Es muy claro que solamente fui un pasatiempo, una más que cayó en sus garras.En cambio él para mi fue lo más lindo, los momentos que compartimos no me los olvidé jamás.
Mientras recordaba todo lo vivido junto a Melino, y no tan sólo eso, era también el tema de mi grupete y mi futuro con o sin mi amor, me invadieron las lágrimas. No aguanté no llorar, mi llanto era de tristeza, de dolor…Valeria me consolaba, pensaba que lloraba por lo conmovida que estaba gracias a las palabras que nos habían dicho, pero no, ella estaba equivocada. 
Después me desahogué, se lo conté y me dijo que me quede tranquila, que todo iba a estar bien…agradezco mucho a Valeria por dedicarme unos minutos de su tiempo en consolarme, pero sus palabras no me tranquilizaban, ella no podía saber ni entender de lleno lo que me estaba pasando, lo que estaba sintiendo en ese momento. Ah, por cierto! Aun no aclaré que Valeria era otra coordinadora.
Fue horrible, no se lo deseo a nadie. Ambas situaciones fueron feas: quedarme sola y dejar a Melino…
Fui a producirme por última vez para salir, mis ojos estaban hinchados, hinchadísimos. Usé bastante maquillaje para disimularlo y ya estaba cansada de ponerme la misma ropa, ya ni sabía cómo combinarla. Cuando finalmente decidí qué usar la última noche, Sofía me preguntó si estaba por usar la remerita que estaba sobre la cama, ésta vez le dije que sí…
Días atrás me hizo lo mismo, yo reemplacé lo que iba a ponerme por cualquier otra cosa, para que ella pudiera ponerse mi remera y se le pasara el enojo, pero fue en vano, ya que todo siguió igual y además con esa actitud sentí que me “tomó el pelo y más”, se rió de mí, me usó…una vez sí pude caer, dos no. Así que amablemente me negué en prestársela, después de todo era cierto que iba a ponérmela yo.
Con Maria hubo uno que otro cruce de palabras como “no viste mi desodorante?” o cualquier otro objeto o ropa o lo que fuere…pero no superaba más de una sola pregunta con su respectiva respuesta en monosílabos (si, no).
Aquella última noche, talvez por la emoción del abrazo, nos prestamos ropa y las chicas del grupete nos pusimos tiradores negros. Estábamos las cuatro iguales. Era una falsa apariencia de nuestra amistad. Aclaro: en aquella época los tiradores eran lo más Top que alguien podía llevar puesto.
Me sentía mejor, imaginé que ya se les había pasado la bronca de nose qué cosa. En el boliche bailamos juntas, tomamos juntas, nos reímos juntas, estuvimos juntas, etc.
Ahora Melino no bailaba ridículamente con sus manos y aplausos, el resto de los coordinadores si pero él no.
Yo estaba muy triste, no se imaginan cuánto!
Estoy segura de que mas de una persona que lea esto me va a catalogar de exagerada, limada del orto, pero no me importa, no me va a afectar lo que digan o piensen, cada cual es dueño de hacer lo que quiere con su vida, lo dije al principio: LIBERTAD DE EXPRESION y eso lo tengo muy en claro. No quiero gente tóxica aquí, éste es un espacio libre de censura sabes?
En un determinado momento de la noche, me acerqué a Melino con el pretexto de preguntarle qué había pasado con el tema del mensaje de texto y demás…cuando me estaba contando vino éste coordinador, el cual me envió ese mensaje y se lo llevó. Sí, así como suena, lo agarró del brazo y se lo llevó.
Me sentí peor…fui al baño, sola. Una, dos, tres, cuatro, y más lágrimas dejaban un caminito de tristeza marcado en mis mejillas. Cuando me vi en el espejo tenía mas bronca, tenía el maquillaje corrido y mi cara era un verdadero desastre.
Necesitaba hablar con alguien urgente, necesitaba un abrazo, un “ya está”, “tranquila”, pero a mi alrededor no había nadie, y los que estaban, tenían una borrachera que no se acordaban ni su nombre! Además no podía cagarle el viaje con mis problemas a cualquier persona, aunque lo hayan hecho conmigo.
Traté de darme fuerzas, de disfrutar lo que quedaba de la última noche cerca de Melino. Estaba en el escenario cuando recibí un mensaje de texto, no es que me haya convertido en adivina pero es una obviedad…era Melino.
Me decía que me iba a extrañar, y yo peor me ponía, y creo que él no era consciente de eso, sino (talvez) nunca me lo hubiera dicho…después me dijo que quería aunque sea un último beso de despedida, lógicamente yo también, y me contestó algo que me llenó de alegría: como sea íbamos a estar juntos, que se la iba a jugar por mi!
Sinceramente me sentí la reina del universo (sigan riéndose si lo desean)…que él arriesgue su trabajo por estar conmigo era…es…indescriptible.
Sentí que le importaba de verdad, fue hermoso que me lo dijera. De allí en adelante bailé a lo loco, me cambió el humor, estaba feliz…bueno, en parte.
Cuando regresamos al hotel, teníamos que sacar los bolsos de las habitaciones y dirigirnos al patio.
Todos nos íbamos con cara de tristeza, de nostalgia. Fue muy feo.
O tal vez a mí se me hizo doblemente feo: había llegado llena de vida, de felicidad, de ganas de sonreír…y regresaba triste, sin amigas, sin Melino, sin plata…vacía, solamente con mi soledad.
Me desesperaba la realidad…el cuento de hadas había terminado. Estaba segura que Melino conocería otra chica del próximo grupo que vendría, haría lo mismo que hizo conmigo, y quizás con esa chica equis llegaría más lejos, lo cual le interesaría aún más. Con muchísima razón se olvidaría de mi…mientras tanto yo, derramando lágrimas de sangre al recordar todo lo que viví con él, no fue mucho en cantidad pero fue intenso.
El era lo único que tenía cuando no tenía nada…si es que se puede hablar de tener algo. O mejor dicho, mi sostén, Melino me dio las fuerzas que necesité, tenerlo fue muy importante…y si alguna vez todo esto le llega a sus manos, se daría cuenta de que cada vez que le dije que lo necesitaba y que lo amaba no era puro cuento…era realmente cierto y me salía desde lo más profundo de mi corazón.
Mientras todos dormían amontonados en la sala de los videos juegos, yo estaba en el borde de la piscina fumando…hace falta aclarar que estaba sola? Otra vez mi celular sonó…anda a tu habitación, acabo de abrirla, yo te espero ahí.
Nose qué paso con el cigarrillo, talvez lo tiré o lo apagué! Encargué al chico que estaba cerca que por favor se fijara de mis bolsos, le mentí que iba al baño y volvía.
Quise ingresar a mi habitación y estaba cerrada. Estoy en la 8. De inmediato pensé que se había olvidado de mi habitación, donde había estado conmigo ese último tiempo! No importa, fui a la habitación ocho y no le dije nada. Disfrute del último tiempo. Era la última vez que estaríamos juntos!
Le dije que estaba mal. No le importó, ni me preguntó porqué…directamente quería que pase lo que tenga que pasar, y no pasó lo que él se imaginó que pasaría y evidentemente no le gustó y lo noté algo molesto. Fue todo rápido…unos besos de lástima y chau, hasta siempre! Quería que me abrazara, que me dijera cosas lindas…pero no ocurrió nada de eso.
Por primera vez me sentí un pañuelo descartable, usado y tirado. Me fui llorando de la habitación ocho. Nose si él lo notó pero no me dijo nada.
Otra vez a fumar, ese vicio ya se estaba haciendo incontrolable. Esta vez en compañía de Sofía, que no hablamos de nada, solamente de lo feo que se nos hacía dejar esa vida relajante que duró no más de una semana.
Cuando ya estaba esperándonos el micro en la vereda del hotel, fue lo peor.
Melino en la puerta dando un abrazo a cada uno que subía…no quería que llegue mi turno! Era inaguantable…cuando tuve que abrazarlo fue lindo y feo: lindo porque eso era lo que necesitaba, y feo porque yo estaba absolutamente convencida de que no volvería a verlo nunca más.
Rompí el llanto y subí rápido…no quería que me preguntaran nada. Por suerte tenía los anteojos a mano y así pude pasar desapercibida con mis lágrimas. Me senté a propósito hacia el lado derecho del pasillo, para el lado de la ventanilla. Para contemplarlo por última vez.
El bondi arrancó y su mano me decía “chau”… de inmediato me llegó un mensaje de texto suyo: te voy a extrañar mucho mi amor! Nos vemos a la vuelta!
No podía sentirme tan mal…lloré con todas mis fuerzas, sola, sin una puta persona que se acerque y me pregunte “¿estas bien?” aunque se notara que estaba partida en mil pedazos…todos ignoraron mi llanto. Todos. Ellas también.
Estaba en el último asiento del micro, sola…como un perro que está tirado en el fondo, bueno, esa era yo en aquél entonces.
Contesté el mensaje de Melino, seguía sosteniendo que no le creía. Y ya no contestó más. Supuse que estaba ocupado, quizás dando las indicaciones insoportables.
Cuando llegó la hora de almorzar, todos bajaron…menos yo, no tenía ganas de nada! Franco trataba de levantarme el ánimo con chistes tarados, pero no había caso. Y tampoco pudo creer que no me gustara la milanesa a la napolitana con papas fritas, mentira, me encanta! Pero si no le mentía no hubiese dejado de insistir para que bajara a almorzar.
Me dormí. Casi todo el viaje. Desde el día anterior que no lo hacía! Cuando desperté, un mensaje de texto de Melino pudo sacarme una sonrisa desde muy adentro: como está mi princesa?
Llegamos al colegio. Mi familia no estaba, o sea que seguía sola. No por mucho tiempo…llegaron mi mamá, mi abuela y mi sobrino. Al fin abracé a mi mamá!!! Lo había necesitado por mucho tiempo! Lloré, no podía aguantar las lágrimas…fue muy fuerte ese momento. Así como es tan fuerte recordarlo, y también llorar ahora, porque lo escribo y parece mentira. Es inevitable no conmoverme.

Hay recuerdos que no voy a borrar
personas que no voy a olvidar
silencios que prefiero callar

son dos, las caras de la luna son dos
prefiero que sigamos mi amor presos de este sol
dejar, amar, llorar
el tiempo nos ayuda a olvidar
allá, el tiempo que me lleva hacia allá
el tiempo es un efecto fugaz
y hay, hay cosas que no voy a olvidar
la noche que dejaste de actuar
solo, para darme amor

y yo vi tu corazón brillante sobre el mic en una mano
y ausente de las cosas pensaste en dejarlo
y tirarlo junto a mi
hay secretos en el fondo del mar
personas que me quiero llevar
aromas que no quiero olvidar
silencios que prefiero callar
mientras vos jugás.
 
BRILLANTES SOBRE EL MIC - FITO PAEZ
 
 
Saludos!
PANDORA.- 

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